sábado, 15 de octubre de 2016

Grupos interactivos

                Según Gracia y Elboj (2005), los grupos interactivos pretenden, entre otros objetivos, disminuir la competitividad y generar la solidaridad, aumentando simultáneamente el aprendizaje académico y la participación del alumnado en las clases.
                Los grupos interactivos son una forma de organizar el aula con la que se obtienen resultados adecuados en cuanto a lo que respecta al aprendizaje y la convivencia.
                La finalidad de éstos es intensificar el aprendizaje mediante interacciones que se establecen entre grupos de iguales. A través de los grupos interactivos, se logran interacciones más eficaces, a la vez que aumenta el tiempo de trabajo efectivo.
                La distribución del alumnado dentro del aula, se lleva a cabo en grupos de unos cuatro o cinco alumnos, dependiendo número por aula. El criterio que se debe seguir para la formación de estos grupos es el de la heterogeneidad, es decir, los alumnos y alumnas deben ser lo más distintos entre sí en su nivel de competencia, género, cultura, idioma y origen étnico.
                De este modo, se favorece su inclusividad evitando la segregación y competitividad que se genera al sacar al alumnado etiquetado como señalado como “difícil” o “lento” del aula para aplicarle adaptaciones curriculares y que puede dar lugar a un aumento del fracaso escolar, especialmente del alumnado segregado, y puede  generar un mayor número de conflictos.
                Según Gracia y Elboj (2005), no se trata de sacar ciertos alumnos y alumnas de clase, sino por el contrario de introducir en el aula los recursos necesarios para que los alumnos puedan seguir su educación con las máximas expectativas posibles”.
                Según explican Puigvert y Fecha (2004), cada grupo está gestionado o supervisado por un adulto que puede ser un orientador, un voluntario, un familiar, un exalumno, un profesor especialista, etc. Este voluntario no es un profesor del grupo, sino una persona que favorece las interacciones entre el alumnado, “si un niño no sabe hacer una cosa, anima a la niña de al lado a que se lo explique”.
                 A su vez, todos los grupos están coordinados por el profesor del aula, quien programa las actividades didácticas con relación a unos objetivos curriculares, dinamiza la sesión y coordina los tiempos.
                Cada actividad es planificada para ser realizada en unos 20 minutos. Es aconsejable que al inicio de la sesión el tutor haga una pequeña introducción del tema que se va a trabajar.
                Tras completar una actividad, todos los grupos cambian de actividad, rotando y trabajando con un tutor distinto. Como resultado de esta dinámica, todos los alumnos del aula han trabajado en distintas actividades curriculares diferentes y han interactuado con voluntarios distintos, además de con sus compañeros de grupo.  Aunque las actividades de cada grupo sean diferentes, lógicamente han de han de estar relacionadas, ya que la temática general es la misma para todos.
                Para finalizar la actividad el profesor debe exponer las conclusiones a las que se ha llegado tras haber realizado todas las actividades.
                Los grupos interactivos han demostrado que consiguen incrementar el nivel del aprendizaje instrumental, así como la motivación de los estudiantes que participan en ellos, pues ya no se trata de clases magistrales en las que tienen que pedir el turno para hablar, esta dificultad queda superada por esta forma de organización que fomenta la participación de todos y cada uno de los miembros del grupo.
                Según palabras de Ramón Flecha, “los grupos interactivos se han identificado como una forma exitosa de agrupación del alumnado de forma heterogénea. No se trata de un concepto nuevo, ni de una ocurrencia educativa más, sino de una evidencia avalada por la comunidad científica internacional y por numerosos casos de éxito que demuestran que cuando se aplica este modelo de éxito, el fracaso escolar se reduce notablemente, dando lugar a un incremento de las competencias básicas de los niños y a un aumento de su desarrollo emocional”.
Trabajo realizado para el curso Convivencia Escolar: prevención e intervención. Edición 2016 (INTEF).

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